Ácido Hialurónico
Lo primero que debemos aclarar es que el ácido hialurónico se utiliza igual que el Botox®. Es verdad que ambos sirven para “tratar las arrugas”, en especial las de la cara, pero cada una de estas sustancias tiene un uso específico. En el caso del ácido hialurónico, el uso es casi exclusivamente de los ojos hacia abajo. ¿A qué se refiere esto? Aunque se puede inyectar en las arrugas de la frente, no tiene el efecto deseado a largo plazo, en cambio, es óptimo para rellenar los surcos nasogenianos, líneas mentonianas, labios y pómulos.
¿Qué es el ácido hialurónico?
Es una sustancia producida naturalmente por nuestro cuerpo, que forma parte del sostén de nuestra piel. Dada su función, esta sustancia se utiliza como “relleno” en la cara, ya que una vez inyectado, atenúa los surcos y arrugas más notorios de nuestro rostro y también devuelve al volumen natural y juvenil a ciertas áreas que con el tiempo se van atrofiando. Si bien existen varios tipos de sustancias de relleno, ésta es la más conocida.
Además, el acido hialurónico no produce problemas de alergias ni reacciones a cuerpos extraños, ya que en general, al ser una sustancia que se encuentra naturalmente en el cuerpo, no hay reacciones de rechazo.
Resultado: el efecto del relleno es inmediato, o sea que la paciente llega con su surco y se va sin el surco, así de simple, se le indica a la paciente volver a los cuatro días para retocar y ver bien los resultados, de manera de asegurarse que la inflamación que se produce con los pinchazos no haya creado la ilusión de relleno.